Piedras preciosas
El diamante es un mineral volcánico transparente compuesto de cristales de carbono puro. Es la más dura y brillante de todas las piedras preciosas. Formado a más de 150 km bajo la superficie terrestre, algunos diamantes tienen casi 3.000 millones de años. Los diamantes se extraen principalmente en el continente africano, en Sudáfrica y Botsuana, pero también en Canadá y Rusia. La palabra diamante procede etimológicamente del griego antiguo "adamas", que significa invencible, indomable. Los primeros diamantes se descubrieron en la India, y se les llamó "frutos de las estrellas" por su origen geográfico y su connotación de piedras sagradas.
El zafiro es un mineral precioso perteneciente a la familia de los corindones, cristales compuestos de aluminio y oxígeno. Hay muchos colores y matices de zafiro: azul, verde, rosa, violeta, amarillo e incluso rosa anaranjado, como el zafiro Padparadscha. Pero el zafiro azul intenso sigue siendo el más emblemático. Hay varios criterios para evaluar un zafiro: su matiz, que se refiere a los colores principales y secundarios de la gema, su saturación, que se refiere a la pureza de la piedra, y su tono, que se refiere a la profundidad del color. El zafiro es una piedra pleocroica, lo que significa que cambia de color según el ángulo desde el que se mire.
Al igual que el zafiro, el rubí pertenece a la familia del corindón. Su color rojo brillante procede de trazas de cromo y hierro. También tiene matices anaranjados, rosados, violáceos y marrones. Por su propia naturaleza, el rubí tiene inclusiones que a menudo son visibles a simple vista. Por ello, los rubíes rojos puros son extremadamente raros y figuran entre las piedras preciosas más difíciles de obtener. La intensidad y el color son los principales criterios para evaluar los rubíes. Al igual que los diamantes, los rubíes se expresan en quilates.
La esmeralda es un mineral precioso de la familia de los berilos. Se caracteriza por su vivo y brillante color verde, obtenido a partir de trazas de cromo, vanadio y hierro. Dependiendo de la concentración de estos elementos, la esmeralda puede tener diferentes tonalidades, desde un verde pastel pálido con ligeros reflejos azulados o amarillos hasta un verde intenso. La esmeralda es una piedra frágil, que perdura en el tiempo pero tiende a tener dificultades para soportar las diferencias de temperatura y los golpes. Tiene una dureza inferior a la de otras piedras preciosas. La esmeralda tiene inclusiones que a menudo son visibles a simple vista, pero éstas no afectan a la calidad de la piedra y atestiguan sus propiedades intrínsecas.